Por medio de un jardín etnobotánico, se reproduce la vegetación y sistemas agrícolas que transicionan desde los lirios y las chinampas en la zona lacustre, hasta los agaves y pinos en las zonas más rocosas y firmes pertenecientes a los límites de la ciudad.

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La forma circular del CCA refiere a una geometría esencial, renuncia a las líneas rectas para integrarse con el contexto, volverse parte de lo que ya existe y permitir un flujo continuo a través del jardín. El proyecto plantea también la posibilidad de ver a Chapultepec desde nuevos ángulos, permitiendo reconocer que el CCA es tan solo una parte del proceso en el flujo del agua que desde las montañas atraviesa diferentes puntos de la ciudad hasta llegar aquí.

En lo que refiere a los materiales, nos interesa recuperar e integrar los que fueron esenciales en la construcción del México prehispánico, la piedra como el elemento base y la madera como el elemento efímero, ese que tiene una vigencia y anuncia el paso del tiempo finalmente reincorporándose a sus orígenes.

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